24 de noviembre de 2012

Matriarcado o muerte

Pues sí, ante la decadencia de todos los engendros del patriarcado sólo queda una alternativa:
 "matriarcado o muerte" (María Llopis).

 
"La felicidad es vivir en una sociedad en la que podamos colmar todas nuestras necesidades sexuales y afectivas, en la que se prime el bienestar de las criaturas, en la que la acumulación indiscriminada de bienes no sea el fin último. Porque hay para todos. No tengamos miedo."
 
 

17 de noviembre de 2012

La Asociación de la Orquídea Dorada.

La Asociación de la Orquídea Dorada, un precedente inigualable (1644-1912) con Virginia Garzón.
(Ir a enlace original)

En una provincia del sur de China llamada Guangdong muchas mujeres se rebelaron contra el matrimonio heterosexual impuesto por la sociedad en la que vivían. Y lo hicieron creando la Asociación de la Orquídea Dorada, una interesante comunidad en la que se prometía no tener relaciones sexuales con hombres.

Aunque no está muy claro cuándo nació, sí se tiene constancia de su existencia y el gran número de seguidoras que tuvo durante toda la dinastía Qing (de 1644 a1911 D.C.). Por aquel entonces las mujeres eran tratadas como sirvientas. Las familias organizaban los matrimonios y era frecuente que las jóvenes no conocieran a sus maridos hasta el momento de la boda. Además, no podían ni heredar ni ser titulares de ninguna propiedad.

En el siglo XIX la industria de la seda aumentó de forma notable en Guangdong, en gran medida debido a la alta demanda extranjera de tan valorado producto. A menudo se contrataba solo a personas del sexo femenino, permitiéndoles así no sólo tener sus propios ingresos, sino también relacionarse entre ellas. A medida que empezaron a tener independencia económica, aumentó la práctica de la resistencia al matrimonio tradicional y prosperaron las socias de la Orquídea Dorada. Marjorie Topley sostiene en su obra La resistencia al matrimonio en el Guangdong rural que la oposición se limitaba a esta área geográfica bastante pequeña donde la industria de la sericicultura era prominente. Suponía mucho trabajo y por ello se necesitaba mucha mano de obra. Por esta razón, Topley señala que además de aumentar los matrimonios de mujeres en la provincia, eran poco frecuentes tanto la tradición de los pies vendados, como la del infanticidio femenino.

En esta peculiar comunidad de la Orquídea Dorada, el noviazgo y el matrimonio diferían del tradicional porque la unión era entre dos damas. No obstante, era similar en cuanto a rituales se refiere: si una deseaba casarse con otra, le ofrecía a su amada y a la familia de esta, regalos como té y pasteles de boda. Si los aceptaba, se consideraba que la pareja estaba comprometida. Como consecuencia del enlace las enamoradas cambiaban su peinado de trenza, símbolo de soltería, por un moño, distintivo de matrimonio. Durante la ceremonia la pareja se prometía fidelidad y honraba a familiares y antepasados.

Beguinatos, comunidades de mujeres autónomas en la edad media.

Fuente original: Viajeros.com
(...) no muy lejos de la animada Plaza del Mercado, el ritmo se ralentiza para adaptarse a la serenidad que destila el Begijnhof, un beaterio superviviente del siglo XIII y máximo exponente de las antiguas casas de retiro medievales que aún conservan la mayoría de las ciudades flamencas. Las beguinas eran religiosas sin votos, viudas o solteras que optaban por llevar una vida piadosa, basada en las enseñanzas evangélicas y centradas en la oración, las obras de caridad y el cuidado de pobres y enfermos, pero conservando su independencia. Rechazaban la clausura, trabajaban, gozaban de total libertad y vivían con sus familias o en comunidades, los beguinatos o beaterios.
No tenían, sin embargo, votos de pobreza, y de hecho, las mujeres a menudo provenían de familias acomodadas, ganándose la vida mediante sus labores textiles (encajes, por ejemplo) o gracias a benefactores que pagaban para que rezaran por ellos. Las beguinas fueron un movimiento religioso femenino autónomo, lo cual les convierte en una rareza dentro de la estructura religiosa medieval. Aparecieron en Flandes en el siglo XIII, se dice que debido al desequilibrio de sexos que provocaron las Cruzadas: muchos hombres embarcaron a Tierra Santa, buen número de los cuales nunca regresaron.

Sobre ecoaldeas y monasterios matriarcales.

 Can Masdeu, ¿un "monasterio" contemporáneo?

No bromeo cuando digo que me encantaría largarme a vivir a un monasterio laico (apto para ateos) en algún lugar alejado de la urbe, al estilo de una comunidad matriarcal autosuficiente, de filosofía ecofeminista. Si ésa fuera la voluntad de mi pareja, claro está, no sin ella.

Sin ritualismos ni creencias excluyentes.
Sin absurdos votos eternos.
Sin personalidades autoritarias.
Sin varones con voluntad de poder.
Para que proyectos así no fracasen, imagino que debería haber una buena planificación y la creencia común en un mismo ideal, en este caso el de crear una comunidad sin patriarcado, con características innovadoras y revolucionarias como la matrilinealidad y un liderazgo eminentemente femenino. Dinámico y para mentes abiertas, críticas con el modelo de sociedad hegemónico. Y para gente capaz de trabajar por el bien común sin recibir dinero a cambio (¡qué difícil!).

Creo que no existe tal cosa, y si me equivoco, por favor, corregidme.

La ecoaldea matriarcal también es una idea muy interesante. Tampoco me importaría formar parte de una. Lo que me inclina a preferir el monasterio es que permite economizar en varios aspectos. Si en una ecoaldea de 15 hogares debe haber una cocina para cada hogar (eso hace un total de 15 cocinas con sus 15 cocinerxs), en un monasterio habría una sola cocina con un par o tres cocinerxs para las 15 familias. Se ahorra en tiempo y fuerza de trabajo. Lo mismo podría aplicarse a vehículos, aparatos, bibliotecas, baños, lavandería, lugar de meditación,...

La vida en comunidad permite economizar muchísimo más y facilita la comunicación gracias a más espacios y momentos compartidos. El monasterio conjuga de forma equilibrada intimidad y vida en común.
También otorga protección y una mayor sensación de seguridad.

La idea del beguinato me parece otro modelo interesante (fue rápidamente prohibido por la Iglesia): cada cual en su pequeña casita, pero con un sentido de comunidad que también se expresa en cercanía y espacios compartidos.
Pero tenemos tantas ataduras en la gran ciudad que resulta difícil dar el paso.

Owan de Nigeria. Otro matriarcado extinto.

Fragmentos traducidos y tomados de AQUÍ. 
     
 
"En África al menos, el mayor triunfo de los varones consistió en borrar de la historia el liderazgo femenino anterior."
 
"Mientras los poblados conservaban la matrilocalidad, el poder e influencia de las mujeres se mantenía fuerte. Como apuntábamos, la migración de los varones supuso una importante amenaza a la autoridad e influencia femeninas. Incluso antes de las migraciones, los varones ya habían empezado a crear instituciones y sociedades secretas que unieran a los de su género."
 
"Quienes se oponen a la idea de la existencia de un matriarcado mantienen que nunca ha existido una sociedad donde el liderazgo fuera exclusivamente femenino. Sin embargo, no perciben que los defensores del matriarcado en realidad discutimos sobre la igualdad entre los géneros en sociedades prehistóricas, y no sobre la dominación femenina."
 
"Esencialmente, Reed y Briffault conciben la fase matriarcal como una era en la que todos los géneros podían considerarse iguales, sin autoritarismo por parte de uno sobre otro. Relacionan la época matriarcal con la invención de la agricultura por las mujeres a finales del paleolítico y principios del neolítico."
 
"Uno de los grandes errores de ese matriarcado fue el no ser capaz de mantener las genealogías o crear métodos organizados para perpetuar las tradiciones orales."
 
"¿Qué condujo a los hombres a buscar mayor autoridad? (...) Un indicio de la competitividad entre marido y esposa: 'cuando la madre moría, su espada era entregada a su hijo', no a su marido."
 
Onaiwu W. Ogbomo

20 de octubre de 2012

Las "mamás dinero" escocesas.

(...) Un estudio realizado por el Bank of Scotland ha identificado un creciente número de lo que han denominado "mamás dinero" (money mummies) en Escocia.

No son mujeres que derrochen el sueldo que sus maridos ganan con sudor, sino que están tomando firmemente el control de la caja familiar. Y, según parece, gestionándola mejor que sus maridos. El estudio muestra que crece la tendencia entre parejas por debajo de los 45 años a que ellas administren la mayoría de finanzas familiares, como el pago de las facturas.


Además, dicho banco confirma una relación directa entre los hogares donde la mujer está a cargo de la caja y una mayor capacidad de ahorro.

(...)

El 87% de los hogares donde una mujer está a cargo de la planificación financiera a largo término reserva una parte para sus ahorros, lo que no ocurre en el 84% de hogares en los que un varón está a cargo. El informe destaca que las mujeres terminarán apoderándose de la gestión doméstica el 2020 en otras zonas del Reino Unido. Greg Coughlan, director de depósitos del Bank of Scotland, dice:
"Las mujeres jóvenes escocesas se han hecho definitivamente con las riendas de la cartera, pasando del rol tradicional -pequeños gastos cotidianos- a la planificación y selección del destino final del dinero. Este emergente matriarcado económico no sólo marca un cambio en el equilibrio de poder en las familias, también tiene repercusiones positivas en el futuro de la economía."

(...)

Claire Logie, directora estratégica de Independent Women, dice que las mujeres que gestionan los ingresos familiares son un fenómeno creciente. "La llamamos la revolución silenciosa", dice la Sra.Logie. "Generalmente no se reconoce públicamente que las mujeres dirijan las finanzas familiares, pero de hecho es más común de lo que se suele pensar."

(...)

Según Logie: "Lejos quedan los días en que las mujeres se apartaban y permitían que sus maridos gestionaran el dinero. Ahora vemos cómo las mujeres quieren involucrarse en las decisiones económicas de ahorro e inversión.

Hemos advertido una diferencia psicológica (...). Ellas detestan endeudarse y no quieren aventurar a sus familias en inversiones de alto riesgo."

(...)

Leigh Sparks, profesor de economía de la Universidad de Stirling: "Sospecho que es parte del progreso social. Si tenemos en cuenta el largo tiempo que las mujeres llevan ya en el mercado laboral, es normal que la gente joven haya crecido gestionando su propio dinero. Es lógico que las mujeres continúen haciéndolo incluso tras formar una familia."

Fuente: scotsman.com

13 de octubre de 2012

Confesiones de un matriarcalista: Bill Longstaff

Husmeando por la red descubrí el blog de Bill Longstaff, autor de otro blog (ahora inactivo) llamado The Matriarchist: peregrinaciones políticas desde una perspectiva progresista.
 
No sólo se reconoce matriarcalista, sino que además ha escrito un libro en el que propone reconstruir la sociedad sobre principios femeninos:
Confessions of a Matriarchist: Rebuilding Society on Feminine Principles
 
 
Traduzco la reseña del libro que aparece en Amazon:
 
"El propósito de la vida es la replicación de los genes. Los machos responden a ese imperativo demostrando su fuerza a las hembras. Los machos humanos demuestran su fuerza compitiendo por los recursos y el estatus. Esta competición los lleva al conflicto con demás hombres y con la misma Naturaleza. Esta conflictividad, antes tolerable, ahora amenaza a nuestra especie y a otras miles.
 
Debemos, por nuestra propia supervivencia, crear una sociedad en la cual no quepan los excesos propios del ethos de replicación masculina -el machismo y el patriarcado-. Debemos crear un nuevo paradigma social.
 
Debemos alejar la sociedad de los excesos, modificando las instituciones, todas las instituciones, para tal fín. Debemos asentar nuestras instituciones sobre el ethos de replicación femenina, el ethos del cuidado. Debemos cambiar el patriarcado por el matriarcado.
 
Este libro examina las raíces biológicas y culturales de la agresión masculina, expone los procesos machistas y patriarcales en un amplio abanico de nuestras instituciones, y ofrece alternativas matriarcales."

 
Traduzco un fragmento tomado de un artículo de su blog:
 
"Tenemos una fuerte necesidad de liderazgo femenino en el mundo moderno.
 
Aunque las características humanas son compartidas por todos los géneros, las relacionadas con el cuidado son, por lo general, predominantes en las mujeres. Las relacionadas con la agresión, por lo general, predominan en los hombres. Puede que cuando éramos nómadas cazadores recolectores, la agresividad masculina fuera valiosa, pero en un mundo altamente complejo y tecnológicamente avanzado, repleto de armas nucleares y asaltos masivos al medio natural, no sólo es redundante sino peligroso.
 
Si queremos evitar catástrofes, debemos tener mayor cuidado, para nosotros y para nuestro medio ambiente, y eso significa más características femeninas en el liderazgo, es decir, mayor presencia femenina.
 
Desafortunadamente, la política, creada por hombres y para hombres, es un negocio extremadamente agresivo, violento de palabra y a menudo de hecho, nada atractivo a la sensibilidad femenina."

12 de octubre de 2012

El poder no les conviene a los hombres.

¿Por qué nos conviene mantener a ciertas personas alejadas del poder?

En definitiva, porque el poder en manos de patriarcas (principalmente varones) se ha ejercido:
 
- egoístamente, sin tener en cuenta el bien común,
- ignorando consecuencias medioambientales y sanitarias,
- con demasiada imprudencia y riesgos,
- de forma autoritaria y jerárquica.

Mientras que, si se les permite algún día y si éstas se ponen de acuerdo, otras personas menos patriarcales podrían gestionar el poder mucho mejor. Pero... ¿cómo medir el grado de patriarcalismo de una persona?

Los siguientes estudios en concreto demuestran que el varón no siempre es el más preparado para gobernar. Lástima que estos estudios sigan separando la realidad humana en dos únicos sexos, hombres y mujeres, cuando la sexualidad de las personas es mucho más compleja de lo que suelen contemplar los estudios científicos, todavía instalados en el dualismo sexual.
 
- A la hora de administrar la riqueza, personas de otros géneros son menos arriesgadas y más prudentes que los varones.




- Los hombres por lo general tienden a la jerarquía.

- El cociente intelectual de las mujeres ya supera al de los hombres cuando ambos tienen igual acceso a la educación. Algo que le encantaría escuchar a Aristóteles...

Todos ellos son estudios que nos sirven para desmontar el narcisismo patriarcal vigente, pero insisto, demuestran graves deficiencias por seguir invisibilizando a ciertas minorías.
 
Para asegurar una convivencia sana, el futuro de nuestro planeta y el de nuestrxs hijxs, nada mejor que una sociedad matriarcal, es decir, sin patriarcado, y con políticas preventivas para evitar el retorno del mismo.

Nos interesa mantener las personalidades patriarcales lejos de las armas, del capital y del poder a todos los niveles, eso está claro.

Pero, ¿cómo hacerlo? ¿con tests psicológicos? ¿con declaraciones públicas? ¿con méritos concretos a favor de políticas de género?

¿Cómo prevenir la aparición de dichas personalidades, desde un punto de vista educativo, empezando ya desde la crianza?

¿Cómo identificar a aquellxs que pretenden usar el poder político, económico y cultural para legitimar la violencia y la dominación patriarcales?

¿Cómo compatibilizar la democracia con la necesidad de mantener a lxs patriarcas alejadxs de la toma de decisiones?

Renegar del patriarcado debería ser ya una condición indispensable para ocupar puestos de responsabilidad en cualquier sociedad democrática.
 
Fuente caricatura:
http://www.hangthebankers.com/4-bankers-sentenced-to-death-is-this-the-new-trend/

9 de octubre de 2012

La Utopía Matriarcal

Traducido del blog "Matriarchal Utopia":

Me gustaría vivir en una Utopía Matriarcal. Creo que estaríamos mejor que donde estamos ahora. Si a ti también te gustaría vivir allí, he creado este blog especialmente para ti.

¿De qué va entonces la Utopía Matriarcal?

No va contra los hombres. En mi opinión, las personas que van contra los hombres no son las feministas, sino las que no son feministas.
Me gusta pagar mis propias bebidas y tener mi propia cartera. Las mujeres que no son feministas son las que piensan que los hombres deben pagarlo todo, elegir el seguro del coche, y ser recompensados por ello con sexo. Si me acuesto con un hombre es porque quiero, no porque quiera que él haga algo por mí. Intento tratar a los hombres como compañeros adultos, no manipularlos como a niños.

La Utopía Matriarcal no consiste en sustituir "los hombres de arriba" por "las mujeres de arriba". Si me perdonáis, ése es un esquema muy patriarcal, el de pensar que siempre debe haber alguien ahí arriba.

Creo que el patriarcado es malo para todos porque se nos asignan unos roles muy limitados según el género, y las personas somos más que eso. Algunas mujeres quieren ver fútbol o ensuciarse con motores. A algunos hombres les gusta la ropa o expresar sus sentimientos. Debería permitírsenos ser lo que queramos ser, no inducidos por la cultura a encajar en un determinado molde por los genitales que nos han tocado.

Pienso (basándome en parte en el trabajo de Deborah Tannen) que los hombres razonan de una forma más jerárquica que las mujeres (alguien debe estar arriba, y otro debe estar debajo). Las mujeres están más centradas en redes y relaciones. Por ejemplo, la forma en que un hombre 'gana' es venciendo a la gente; la forma en que una mujer 'gana' es reuniendo aliados.

Creo que una inmensa cantidad de las cosas que van mal en este mundo se explican por esta mentalidad jerárquica. Y que una mentalidad con más conexiones y basada en la cooperación sería, muy de lejos, la base para un mundo mucho menos jodido.


¿Y sabéis qué? Llevamos probándolo al estilo patriarcal durante bastante tiempo, y mirad adónde nos ha conducido. Démosle una oportunidad al matriarcado, ¿vale?

¿Qué podemos perder?

24 de septiembre de 2012

El liderazgo espiritual femenino.

En la cultura patriarcal, los machos creíamos (y algunos siguen creyendo) que no había nada que las mujeres pudieran enseñarnos. La autoridad moral siempre residía en algún hombre: el padre, el cura, el maestro...

En la construcción de nuestra identidad y de nuestra ética no nos parecía necesario recurrir a las mujeres para saber qué éramos ni qué queríamos llegar a ser. Ni se nos pasaba por la cabeza inspirarnos en una maestra espiritual o en una filósofa. Por no hablar de sacerdotisas: éstas eran inexistentes, pura fantasía.

Mirando a nuestro alrededor parecía que el liderazgo moral y espiritual fuera sólo cosa de hombres. En nuestra formación patriarcal, prescindir de los grandes machos de la cultura era una grave irresponsabilidad. Prescindir de la sabiduría femenina no comportaba ningún problema, se podía vivir perfectamente sin ellas.

También era posible durante el patriarcado, merced a cientos de distracciones y virtuosismos varios, vivir dando la espalda a experiencias trascendentales como el parto, el nacimiento de un nuevo ser, el embarazo, las necesidades de la infancia, el amor incondicional de muchas madres, la muerte, el sufrimiento,... sin que todo ello pareciera afectar a nuestras vidas. ¡Pero cuánta ignorancia prodigábamos! ¡Y cuán equivocados estábamos manteniendo nuestra reflexión racional en los límites de la experiencia fálica, ególatra y racional!

A pesar de que llevamos tatuados en nuestros pechos la prueba irrefutable (¡los pezones!) de que nuestros cuerpos eran originariamente femeninos, y a pesar de que en nuestras barrigas el ombligo nos habla de un largo periodo de simbiosis con una mujer (¡sí, nos formamos en el interior de una!), la atmósfera educativa patriarcal insistía a toda costa en querer alejarnos de la identificación con lo femenino. La androginia era demonizada y erróneamente confundida con la homosexualidad, siempre en clave homofóbica. Y desde luego, no se admitía bajo ningún concepto la construcción de una ontología que concibiera el Ser como femenino.

Durante siglos se esperaba de los padres que mitigaran todo atisbo de feminidad en sus hijos varones. Las madres no podían oponerse a ello, y eran ridiculizadas para que reprimieran su afecto y deseos. La cultura patriarcal ha educado a los niños en congeladores, y los cerebros congelados no sienten compasión.


Restaurar el liderazgo espiritual femenino:

El varón que ha integrado su androginia se transforma en un hombre completo. El "conócete a ti mismo" socrático en gran parte queda resuelto en la integración de los géneros: en el caso de los hombres, eso pasa por reconocernos en cada mujer. ¿Qué sucedería si la experiencia de la androginia en los varones no fuera una excepción a la norma, sino la norma?

Como toda experiencia mística, ontológica y transformadora, sólamente puede llegar a comunicarse en términos poéticos y analógicos. Tan sencilla frase como "soy una mujer", pronunciada por la boca de hombres, derrumbaría los cimientos de siglos de razón patriarcal, de lenguaje inflexible y dualista, para inaugurar una nueva ontología que reconociera a la Gran Madre como origen de toda vida y conciencia.



Por eso me parece urgente colocar el liderazgo espiritual femenino en el centro, recuperar la experiencia estética, los ritos iniciáticos y demás juegos sociales que nos permitan aprehender a los varones, ya desde jóvenes, nuestra profunda interdependencia con los ciclos de la naturaleza y la integración de nuestra esencia femenina y, en definitiva, humana.

Llevamos ya demasiados siglos perdidos sin rumbo. Necesitamos sacerdotisas, profetisas, poetisas, teólogas y filósofas. En primera línea. Nos jugamos en ello la salud mental y física de generaciones presentes y futuras. Y no hace falta vestirse con túnicas extrañas e inhalar humos: educadoras, periodistas, escritoras, profesionales,... cada cual en su cotidianidad puede ser la sacerdotisa que tanto necesitamos. Toda mujer segura de sí misma y libre, vital y comprometida.

Del olvido y represión de nuestras raíces femeninas nacen las más diversas desviaciones sexuales. Los casos de pederastia en la Iglesia me parecen un caso paradigmático. En un mundo de hombres, donde ninguna mujer nunca podrá enseñarle ni ofrecerle al hombre nada, la depravación sexual se abre paso impunemente.

De la sospecha prolongada a la expropiación masculina global.



Sigo sospechando que se podría demostrar (incluso empíricamente) que el capital en manos del varón, en un 85% de los casos, se ha usado con la finalidad de lucrarse, enriquecerse y multiplicar beneficios en términos estrictamente individualistas.

También sospecho que el derecho a la propiedad privada no es necesariamente garante de justicia e igualdad, y a los varones no nos hace ni más libres ni más buenos.

La ausencia de propiedad privada (existen otras fórmulas de propiedad compartida, como la matriarcal) no necesariamente vulnera la dignidad humana, puede que incluso nos permita evolucionar y liberarnos del curso autodestructivo que iniciamos en la era patriarcal.

Añadamos que los hombres que voluntariamente reniegan de la riqueza y acumulación de bienes resultan ser los más felices, solidarios y menos posesivos (el ermitaño y el monje son identidades ridiculizadas por el capitalismo y que a mi parecer se deben recuperar).

Deduzco de todo ello que la mejor vía para poner fín a siglos de neurosis social consiste en despojar al varón de aquello que más le corrompe y más teme perder: el patrimonio.

Por eso, a título personal (y éste no es un reclamo del movimiento matriarcal ni del feminista, por lo general moderados y políticamente correctos), propongo una "expropiación masculina global".

Sé que con ello me alineo con posturas más radicales, pero creo que no estoy sugiriendo nada que vulnere los derechos humanos. No considero el derecho a la propiedad privada, ese "derecho a enriquecerse sin tener en cuenta el mundo que me rodea", un derecho fundamental. Por cierto, fue en su momento un derecho "inventado" por varones y para varones, exclusivamente, algo que ya debería hacernos seguir sospechando.

El hombre sin patrimonio es libre, y no puede oprimir a poblaciones enteras bajo ningún concepto: por su propia supervivencia, no tiene más remedio que respetar, cooperar y trabajar por el bien común. Se me acusará de desprecio a los de mi género, algo que debo negar rotundamente, no estoy proponiendo ningún parricidio ni castraciones masivas. Porque amo y conozco bastante la naturaleza masculina, y deseo lo mejor para la humanidad, liberar al hombre del poder que lo corrompe mediante la expropiación masculina universal sería toda una bendición para el hombre.

Yo ya he dado el primer paso entregando todas mis ganancias en manos de Ella. ¡Y menuda sensación de libertad!

La abrumadora masculinidad de los asesinatos en masa.

"¿Cuántos de los peores asesinos en la historia estadounidense eran mujeres? Ninguno. Esto no es sugerir que las mujeres no son violentas, y existen incluso raros casos de asesinas en serie. Pero ¿por qué no hablamos de la evidencia de que actos de asesinato en masa (y, de hecho, todo otro tipo de violencia) abrumadoramente son perpetrados por hombres? Señalar este hecho puede parecer políticamente incorrecto o irrelevante, pero nuestro silencio acerca de la enorme disparidad de género de este tipo de violencia puede estar costando vidas."

"El silencio sobre la genderización de la violencia es tan inexplicable como indefendible."

"Necesitamos aprender mucho más acerca de cómo prevenir la violencia, pero podríamos comenzar con la diferencia entre sexos que no puede ser obviada."



No voy a ocultar mi decepción, y es que el sexo masculino es (somos) de alguna forma, ya sea bien por motivos genético-hormonales o bien culturales-sociales, un sexo problemático. Los hombres, o bien nacemos con defectos de fábrica o bien algo falla en nuestra socialización, y no debería avergonzarnos admitirlo. Es evidente.

Los matriarcados repartidos por los cuatro puntos cardinales han tenido eso en cuenta: no todos los hombres entienden el poder (económico, físico, político,...) como un instrumento al servicio del bien común.

Por ello, las sociedades matriarcales limitan el acceso de los varones a determinados recursos y derechos, por discriminación positiva y como medida preventiva.

Por lo general, con mejores resultados para el sano crecimiento emocional de la infancia.

¿Quién merece gobernar?

He aprendido a dudar de que políticos, banqueros y demás prohombres realmente sientan el mínimo interés por el bienestar y la salud de nuestra infancia. En el capitalismo, el beneficio a corto plazo mueve la acción política de nuestros dirigentes y gobernantes. Y la democracia de partidos, sistema que casi nadie se atreve a poner en duda por el miedo a ser tachado de antidemócrata, contribuye cada día más a dividir y enfrentar a las personas.

La reacción lógica sería abogar por la anarquía. Pero la anarquía total la considero enemiga de la infancia. Sintiéndolo mucho, creo que la ausencia de un poder favorece al más fuerte. Por eso yo apuesto por una forma de gobierno distinta a las que se han formulado durante estos últimos cinco mil años desde los púlpitos falocéntricos y antropocéntricos.

Merecen gobernar, desde la economía doméstica hasta la regional, quienes más empatizan y comprenden las necesidades de lxs más pequeñxs. Independientemente de su sexo o condición, de si son o no son madres o padres, queda dicho. Los políticos lo saben, por eso en época de elecciones todos se hacen la foto junto a bebés y abuelitas. Pero ya basta de fotos trucadas...

Quiero, deseo y anhelo que me gobiernen personas sensibles, vitales y sabias, con una conciencia expresamente ecofeminista.

No me importa obedecer a quien me transmite alegría y esperanza, a quien trabaja eficazmente por proteger el medio natural y el bienestar de nuestra infancia.

No me importaría obedecer a políticas maternales, aunque ello significara renunciar a sentimientos inculcados por el nacionalismo, el derecho a la propiedad privada, al capitalismo y demás fantasías de la cultura patriarcal.

¿Acaso no nos pasamos el día obedeciendo a los demás, a nuestros jefes, gobernantes, autoridades locales y sus leyes? Algún día nos veremos forzadxs a desobedecer, por desesperación, para obedecer sólo a la voz de un matriarcado sensible y comprometido con un nuevo horizonte para nuestrxs hijxs.

Mi mesías no vendrá en forma de macho, eso lo tengo yo muy claro.

Selección de textos de Diarmuid O'Murchú.

Fragmentos de la obra de Diarmuid O'Murchú "Ancestral Grace"(2008):

Todas las principales instituciones que conocemos en la actualidad evolucionaron como instrumentos para implementar el poder patriarcal. Muchas están desmantelándose o perdiendo credibilidad, dando paso a redes con un mayor potencial para la cooperación y el empoderamiento adulto. (p.50)

Las instituciones modernas son la progenie de la voluntad de poder patriarcal y evolucionaron como mecanismos para ejercer la dominación y el control absoluto. Y aquellos elegidos para controlar asumían que era un mandato divino. El poder pertenecía a los llamados a gobernar. (...) En este modelo, la "adultez" pertenece a aquellos que gobiernan. Y a lo largo de la era patriarcal (aprox. los últimos diez mil años) sólo los varones eran adecuados para el gobierno. Esto significa que a las mujeres se les impidió el paso a la edad "adulta" en todo su derecho. En consecuencia, hasta 1800 las mujeres no podían votar en ningún país. La "adultez" ha sido sinónimo de poder, y el poder ha sido una prerrogativa principalmente masculina. El empoderamiento no tiene cabida en este sistema. (pp.53-54)

Las principales instituciones que hemos creado nos han servido durante un período problemático de nuestra evolución en el que ha prevalecido la dominación masculina (la fase postagrícola). No siempre fue así, y ciertamente debe cambiar si la humanidad desea disfrutar una nueva y más fructífera etapa de crecimiento y desarrollo. (p.57)

El ejercicio del poder patriarcal requiere la cualidad de una cierta racionalidad y resiliencia que se asume más desarrollada en varones que en mujeres. Reminiscencias de esta misoginia todavía prevalecen en algunas de las principales instituciones de nuestra época, excluyendo a la mujer de algunos campos de trabajo e interacción social donde se prioriza al hombre; en algunos casos sólo se admite a hombres. Ecos de esta misma opresión excluyente son manifiestos en la prohibición de la Iglesia Católica de ordenar a mujeres. No importa qué tipo de retórica religiosa pueda ser invocada para justificar tal prohibición, no tiene ningún sentido para la gente adulta de hoy.
Tales valores patriarcales tienden a ser introducidos en y apoyados por gobiernos nacionales, instituciones culturales tales como escuelas, servicios sociales y sanitarios, y finalmente por sistemas religiosos, algunos de los cuales son declaradamente jerárquicos y dominadores, otros más sutiles pero también priorizando la hegemonía masculina patriarcal. (p.77)

Gran parte de la codependencia humana está relacionada con las instituciones que a diario se inmiscuyen en nuestras vidas. Los principales gobiernos, mercados, alianzas políticas, corporaciones globales, instituciones religiosas, sistemas educativos y muchos más, están fuera de órbita respecto a la conciencia adulta de nuestros tiempos. Operan sistemas de control, sin inspirar confianza en el mejor de los casos. Engendran codependencias a gran escala, evocando pasividad, ira y una serie de reacciones violentas. Pacifican a las masas pero fracasan al no poder producir nada parecido a la felicidad o la realización en la gente adulta. Otra vía -¿una tercera vía?- debe ser imaginada. (p.135)

12 de julio de 2012

Investigación moderna sobre el matriarcado

Mis agradecimientos a la filósofa alemana Heide Goettner-Abendroth por facilitarme tan valioso material.
Fuente en pdf: Matriarchiv. (Las negritas son mías)




Heide Göttner-Abendroth

Investigación moderna del matriarcado.

Sus resultados y su importancia actual.

Traducción: Susanne Schmidt


Introducción

Después de haber obtenido el doctorado en la Universidad de Munich con el tema “La lógica de la interpretación”, di allí clases de filosofía y teoría de la ciencia desde 1973 hasta 1983. Después abandoné la institución “universidad” para dedicarme a una tarea más importante y socialmente más relevante. Desde 1976 fundé, junto con mis colegas y compañeras de lucha, la investigación feminista en Alemania Occidental, y aquí por primera vez presenté mi teoría de la sociedad matriarcal.

Siendo una joven estudiante de 25 años, había dado los primeros pasos en dirección a esa teoría, inscribiéndome en diversas asignaturas para cursar estudios interdisciplinarios relacionados con ella (historia cultural, arqueología, etnología, ciencias de las religiones, mitología, etc.). Además, a partir de entonces viajé permanentemente para visitar sus yacimientos arqueológicos, europeos y de los demás continentes. Éstos eran mis estudios extraoficiales al margen de los estudios oficiales de filosofía analítica, teoría de la ciencia y lógica formal.

Desde 1976 presenté el tema del matriarcado en público, y en 1980 publiqué mi primer libro sobre el asunto. Desde 1983 me dedico exclusivamente a esta investigación, que hasta el momento no ha sido reconocida por la institución universitaria. Pero la opinión pública la recibió muy interesada: mi primer libro marca el principio de la discusión sobre el tema del matriarcado en el nuevo movimiento feminista y en la vida pública en general en los países de habla alemana.


Soy consciente de que la investigación del matriarcado tiene ya una larga tradición en los países de habla alemana. Empezó hace más de cien años con la famosa obra Das Mutterrecht (El derecho matrilineal) de Johann Jakob Bachofen, que se publicó en 1861. Durante más de un siglo prosiguió la discusión sobre el “derecho matrilineal” y el “matriarcado”, concepto que fue utilizado por las escuelas filosóficas y las corrientes políticas desde los más diversos puntos de vista. Pero también se abusó de él.

Lo que más me asombró tanto en la obra de Bachofen como en las diferentes recepciones de ella, era (además de una buena colección de material) la falta de una definición clara y de una fundamentación científica del campo de investigación. Eso cargó desde el principio esta discusión de elementos emocionales e ideológicos. Los clichés corrientes sobre el “ser de la mujer” siempre han jugado un papel importante, lo que demuestra que no se produjo ninguna autorreflexión crítica del patriarcado a la hora de tratar este tema. 

La razón es simple: si se hubieran tomado en serio los hallazgos de Bachofen y todo lo que después ha llegado a descubrirse, eso habría significado el derrumbamiento de la ideología patriarcal y de la visión del mundo patriarcal. Pues la investigación del matriarcado significa el principio de un paradigma nuevo en el entendimiento de la historia de la humanidad, lo que tiene una influencia profunda sobre nuestra comprensión del mundo. ¡Por eso es demasiado peligroso presentar esta investigación adecuadamente y apreciarla!

Después de haberme dado cuenta de esta realidad, decidí darle a la investigación del matriarcado (sobre la base de mi herramienta filosófica) una fundamentación científico-teórica y una metodología moderna. Pues considero que esta nueva ciencia es demasiado importante para desatenderla en este sentido. Además trabajando yo misma como investigadora del matriarcado tuve que crearme una base sólida para mi teoría amplia acerca de esta forma social en la historia y en la actualidad. En este sentido he llegado a ser, con el transcurso del tiempo, la fundadora de la investigación moderna del matriarcado.

La tarea de crear una fundamentación científico-teórica para una ciencia nueva significa en primer lugar dar una definición del campo de investigación, que tiene que ser clara y amplia, a la vez para poder integrar una inmensa cantidad de material sin contradicciones. Además, con ayuda de esta definición, hay que desarrollar un marco teórico que sea capaz de proporcionar explicaciones confirmadas empíricamente para todos los fenómenos de este campo de investigación.

Con ayuda de esta teoría, la gran cantidad de buenas investigaciones individuales que ya se han llevado a cabo alcanzarán profundidad, significación y contexto, sirviendo de guía al investigador. Crear en este sentido una teoría no significa formular un sistema cerrado (eso es una actitud filosófica anticuada y superada) sino crear una estructura abierta que sirva para aclarar y orientar la concreta investigación individual, la mía incluida. En este sentido, un paradigma nuevo se está desarrollando permanentemente.

Cuando me di cuenta de esta necesidad, desarrollé dentro de los primeros diez años una metodología para la investigación moderna del matriarcado que, por principio, es interdisciplinaria. Es decir, que une sistemáticamente, no casualmente, las ciencias relevantes para esta investigación y las trasciende.

Ésta fue la primera parte de la tarea. La segunda era desarrollar un buen método de crítica ideológica que fuera capaz de descubrir los prejuicios de la ideología patriarcal, por una parte visibles, por otra ocultos, que siempre se introducen en este campo de investigación. Esto es importante por lo que respecta al análisis crítico de la investigación precedente sobre el matriarcado; y sobretodo, para no reproducir nuevos prejuicios semejantes.

Así desarrollé, paso a paso, la teoría de la sociedad matriarcal, de la que voy a dar aquí brevemente una idea general. Es decir, presento la definición estructural de la forma social matriarcal que es el núcleo de esta teoría. No es ningún prejuicio ni un axioma supuesto, sino el resultado de treinta años de investigación intensiva en este campo que he encontrado a través de un proceso largo de prueba y error (comprobación empírica).


¿Por qué el concepto de “matriarcado”?

Empiezo con unas advertencias sobre por qué utilizo el concepto de “matriarcado”, a pesar de la difícil connotación del concepto. Al entenderse como paralelo al concepto de “patriarcado”, da lugar a la impresión generalizada pero errónea de remitir a cierto “poder de mujeres”. Pero considero necesario mantenerlo por muchas razones:

1. El concepto de “matriarcado” es, en general, bien conocido, pues desde 1861 (Bachofen) existe una viva discusión sobre él. Y desde entonces ha tenido una larga tradición y se ha convertido en un concepto que se utiliza en el lenguaje común.

2. La re-definición filosófica y científica de conceptos se refiere normalmente a conceptos conocidos del lenguaje común y los define de nuevo. Después los científicos pueden trabajar con ellos, y en este procedimiento, estos conceptos logran un significado nuevo, más claro y más amplio que en el lenguaje común. Luego, en muchos casos el lenguaje común es influido por estos conceptos re-definidos, lo que en el caso del concepto “matriarcado”, que frecuentemente se utiliza de una manera poco precisa, sería beneficioso.

3. Según mi opinión no siempre es útil inventar conceptos sustitutivos como “matrifocal”, “matricéntrico”, “matrístico”, “gynaicostático”, “gylánico”, etc. Son artificiales y no tienen ninguna relación con el lenguaje común. Algunos de ellos como “matricéntrico” y “matrístico” son demasiado limitados, pues insinúan que en sociedades no-patriarcales todo gira alrededor de las madres, quizás en una especie de culto hacia ellas. Pero el culto a las madres es una invención del patriarcado y no tiene nada que ver con el matriarcado. Una visión tan reducida de estas sociedades desprecia la diversidad de las relaciones en su complejo sistema social.

4. Además, la traducción corriente y parcial del concepto como “poder de las madres” no es correcta. Pues la palabra griega arché tiene dos significados: significa al mismo tiempo “principio” y “poder”. Así que podemos traducir “matriarcado” correctamente como “al principio las madres”, lo que va al grano. En cambio, “patriarcado” se traduce correctamente como el “poder de los padres”.

5. Además es un asunto político utilizar el concepto de “matriarcado” en su significado re-definido y aclarado. Con él no se huye de la discusión necesaria con colegas y con el público interesado, lo que puede pasar con facilidad utilizando otros conceptos que tienen una tendencia de esconder y de minimizar. Por eso, las/los investigadoras/es no deberían tener miedo a la connotación provocativa del concepto “matriarcado”, sobre todo porque las investigaciones acerca de este tema son tan importantes y porque una provocación política continua puede conllevar una alteración de la conciencia.


25 de junio de 2012

La matrilinealidad les resulta algo natural a los niños.

La anécdota tuvo lugar hace poco. Nuestro hijo menor, de nueve años, me pregunta:

- Papá, ¿por qué todos llevamos en primer lugar el apellido del padre y no el de la madre?

A lo que yo respondo:

- Porque es una tradición de hace muchos años que pocos se cuestionan. Los romanos lo decidieron así, pero eso puede cambiar. Los romanos ya no existen.

Él contesta con una inocente y poderosa reflexión:

- Creo que lo normal sería llevar el apellido de nuestra madre primero, porque ella nos ha dado el cuerpo.

¡Magnífico! ¡Y sin haberlo condicionado por mi parte!

¿Será que la mente de los niños que crecen en libertad tiende a confiar en la matrilinealidad, y no a desconfiar de ella?

Desde luego, yo le respondí que compartía su opinión, y que a mí también me gustaría poder lucir en primer lugar el apellido de mi madre. En ese momento le propuse la posibilidad de cambiar el orden de nuestros apellidos, y su respuesta fue que se lo pensará. Comprendo que no es una decisión fácil, pero al menos sabe que yo no me opongo, sino todo lo contrario.

Es curioso que en una familia donde predominamos varones nos planteemos restaurar la matrilinealidad.

La revolución se abre paso. El patriarcado, con todas sus castas, se desmorona.

31 de marzo de 2012

Turín 2012: Ciclo de Conferencias sobre Matriarcados (2ª parte)

Crónica de las conferencias del domingo 18 de marzo de 2012, Culture indigene di pace.

IOLE NATOLI

Expuso un tema que a mí me parece de sentido común: el derecho que tenemos lxs hijxs a recibir como primer apellido el de nuestras madres.

En Italia sigue existiendo sólo un apellido: el del padre. Está claro el origen de esa costumbre: la patrilinealidad romana ha excluido del linaje familiar la memoria de las madres.

En muchas escuelas a lxs niñxs se les llama, no por su nombre, sino por el apellido del padre (esto me trae recuerdos de infancia). Sólo en la mayoría de edad puede uno mismo elegir cambiar su apellido por el de la madre. Iole Natoli ha trabajado intensamente desde 1979 para que esto pueda cambiar y el apellido de la madre sea igualmente reconocido.

26 de marzo de 2012

Turín 2012: Ciclo de Conferencias sobre Matriarcados (1ª parte)

Paso a resumir el ciclo de conferencias organizado en Turín (Italia) los pasados días 16, 17 y 18 de marzo: Culturas indígenas de paz, Mujeres y hombres más allá del conflicto.

He podido conocer personalmente a personas a las que he citado a menudo en este blog, de quienes he obtenido inspiración e ideas. Mis más sinceros agradecimientos a Morena Luciani, presidenta de la Asociación Cultural Laima, por invitarme a estar presente en este acontecimiento único. Sus esfuerzos han sido premiados, pues según la organización (y yo puedo confirmarlo) ha sido un éxito.

PRESENTACIÓN:

El acto tuvo el patrocinio del Departamento Municipal por la Igualdad de Oportunidades. Su representante felicitó a Laima por mostrar que existen otras formas de vida en sociedad. El patriarcado no ha sido siempre la única opción, ni la más antigua. Inspirándonos en estos pueblos matriarcales, podemos transformar nuestra sociedad y nuestras familias. De ellas aprendemos que la democracia real es mucho más que asistir a votar cada cuatro años: es capacidad de escucha y consenso, practicadas ya desde el seno familiar.

Sarah Perini inició la presentación del acto con la esperanza de que mujeres y hombres cooperásemos desde la tolerancia y el respeto. Se insiste en que la presencia de hombres en el congreso es bienvenida. Y aunque de forma minoritaria, hicimos acto de presencia, destacando la presencia de un círculo de hombres de Turín.

Se trata del quinto congreso tras los anteriores en Texas, Luxemburgo, Toronto y Suíza.

Ake y Najin, las dos mujeres Mosuo,
junto a Francesca Rosati Freeman,
Federica Carmana y Morena Luciani.

Morena Luciani apuntó que este encuentro nació gracias a un grupo de mujeres interesadas en la espiritualidad femenina: escritoras, madres, terapeutas, economistas y educadoras.
El interés por los matriarcados crece a escala internacional. A la vez, es un concepto que genera aún temor e incomprensión. En multitud de ocasiones se usa la palabra "matriarcado" erróneamente para referirse a una sociedad sexista. Pero ningún matriarcado es una dictadura de mujeres. El modelo matriarcal es ante todo maternal. Su política, su espiritualidad y su economía son maternales.

7 de marzo de 2012

La clásica teoría marxista sobre el matriarcado, por Evelyn Reed.

Ante todo, las mujeres no han sido siempre el sexo oprimido o “segundo sexo”. La antropología o los estudios de la prehistoria nos dicen todo lo contrario. En la época del colectivismo tribal las mujeres estuvieron a la par con el hombre y estaban reconocidas por el hombre como tales.

En segundo lugar, la degradación de las mujeres coincide con la destrucción del clan comunitario matriarcal y su sustitución por la sociedad clasista y sus instituciones: la familia patriarcal, la propiedad privada y el Estado.

Los factores clave que llevaron al derrocamiento de la posición social de la mujer tuvieron origen en el paso de una economía basada en la caza y en la recogida de comida, a un tipo de producción más avanzado, basado en la agricultura, la cría de animales y el artesanado urbano. La primitiva división del trabajo entre los sexos fue sustituida por una división social del trabajo mucho más complicada. La mayor eficacia del trabajo permitió la acumulación de un notable excedente productivo que llevó, primero, a diferenciaciones, y después a profundas divisiones entre los distintos estratos de la sociedad.

En virtud del papel preeminente que habían tenido los hombres en la agricultura extensiva, en los proyectos de irrigación y construcción, así como en la cría de animales, se apropiaron poco a poco del excedente, definiéndolo como propiedad privada. Estas riquezas potencian la institución del matrimonio y de la familia y dan una estabilidad legal a la propiedad y a su herencia. Con el matrimonio monogámico, la esposa fue colocada bajo el completo control del marido, que tenía así la seguridad de tener hijos legítimos como herederos de su riqueza.

Con la apropiación por parte de los hombres de la mayor parte de la actividad social productiva, y con la aparición de la familia, las mujeres fueron encerradas en casa al servicio del marido y la familia. El aparato estatal fue creado para reforzar y legalizar la institución de la propiedad privada, el dominio masculino y la familia patriarcal, santificada luego por la religión.

Este es, brevemente, el punto de vista marxista sobre el origen de la opresión de la mujer. Su subordinación no se debe a ninguna deficiencia biológica como sexo, sino que es el resultado de los acontecimientos sociales que destruyeron la sociedad igualitaria de la gens matriarcal, sustituyéndola por una sociedad clasista patriarcal que, desde sus inicios, se caracterizó por la discriminación y desigualdad de todo tipo, incluida la desigualdad de sexos. El desarrollo de este tipo de organización socio-económica estructuralmente opresiva, fue la responsable de la caída histórica de las mujeres.

23 de febrero de 2012

The girl effect



Cuando las niñas son capaces de obtener una educación secundaria, el crecimiento de la economía de un país mejora mediante el aumento de la fuerza de trabajo, la participación, la productividad y los ingresos de las mujeres. Se ha encontrado que cuando una muchacha educada obtiene un ingreso, reinvierte el 90 por ciento de éste en su familia, en comparación con los hombres, que sólo dedican el 35 por ciento de sus ingresos a sus familias. (Según Naciones Unidas)

18 de febrero de 2012

Todxs hemos sido niñxs.

Sigo creyendo que toda civilización fundada sobre los antivalores de la competitividad, el autoritarismo y el egocentrismo está enferma y no puede sino conducirnos a la autodestrucción. Cualquiera que defienda el capitalismo patriarcal está siendo cómplice de situaciones como la que sufren estxs niñxs en el país "más libre" del planeta: ver vídeo. ¿De qué sirve ser el país más "democrático" si no puede evitar que esto pueda llegar a ocurrir?

La "civilización" que permite situaciones así no es ni civilizada ni libre. Ninguna niña debería presenciar a su madre comiendo ratas. Todxs lxs niñxs tienen derecho a ser respetados y crecer en un entorno saludable y feliz.

10 de febrero de 2012

El cristianismo primitivo no patriarcal (J.A.Pagola)

"Esto es precisamente lo que Jesús promueve dentro de esa “nueva familia” que está formando con sus seguidores al servicio del reino de Dios. Una familia no patriarcal donde todos son hermanos y hermanas. Una comunidad sin dominación masculina y sin jerarquías establecidas por el varón. Un movimiento de seguidores donde no hay “padre”. Sólo el del "cielo".

(...)

En esta nueva familia de sus seguidores no hay padres. Solo el del cielo. Nadie ha de ocupar su lugar. En el reino de Dios no es posible reproducir las relaciones patriarcales. Todos han de sentarse en corro en torno a Jesús, renunciando al poder y dominio sobre los demás para vivir al servicio de los más débiles e indefensos.

(...)
Los seguidores de Jesús encontrarán un nuevo hogar y una nueva familia. ¡Cien hermanos y hermanas, cien madres! Pero no encontrarán “padres”. Nadie ejercerá sobre ellos una autoridad dominante. Ha de desaparecer el “padre”, entendido de manera patriarcal: varón dominador, amo que se impone desde arriba, señor que mantiene sometidos a la mujer y a los hijos. En la nueva familia de Jesús todos comparten vida y amor fraterno. Los varones pierden poder, las mujeres ganan dignidad. Para acoger el reino del Padre hay que ir creando un espacio de vida fraterna, sin dominación masculina.

31 de enero de 2012

Soberanía alimentaria, una perspectiva feminista.

Fragmentos extraídos del artículo del blog de Esther Vivas: "Soberanía alimentaria, una perspectiva feminista"

La incapacidad para resolver la actual crisis de los cuidados en los países occidentales, fruto de la incorporación masiva de las mujeres al mercado laboral, el envejecimiento de la población y la no respuesta del Estado a estas necesidades, sirve como coartada para la importación de millones de “cuidadoras” de los países del Sur global.
(...)
El acceso a la tierra no es un derecho garantizado para muchas mujeres: en varios países del Sur las leyes les prohíben este derecho y en aquellos donde legalmente tienen acceso las tradiciones y las prácticas les impiden disponer de ellas.

Si las mujeres son la mitad de la mano de obra en el campo a escala mundial, una soberanía alimentaria que no incluya una perspectiva feminista estará condenada al fracaso. La soberanía alimentaria implica romper no sólo con un modelo agrícola capitalista sino también con un sistema patriarcal que oprime y supedita a las mujeres.

Avanzar en la construcción de alternativas al actual modelo agrícola y alimentario implica incorporar una perspectiva de género. La alternativa de la soberanía alimentaria al modelo agroindustrial dominante tiene que tener un posicionamiento feminista de ruptura con la lógica patriarcal y capitalista.

La Vía Campesina, el principal movimiento internacional a favor de la soberanía alimentaria, lo tiene claro. Se trata de avanzar en esta dirección y crear alianzas con otros movimientos sociales, en especial con organizaciones y redes feministas, como la Marcha Mundial de las Mujeres. Promover redes y solidaridades entre las mujeres del Norte y del Sur, urbanas y rurales, y de éstas con sus compañeros para, como dice La Vía: “Globalizar la lucha. Globalizar la esperanza”.

Esther Vivas.

18 de enero de 2012

15 de febrero, fecha límite para suscripción a "Culturas Indígenas de Paz"



Recordamos que el límite para la suscripción es hasta el 15 de febrero.

La Asociación Laima (Italia) ya ha publicado el programa de conferencias.
Tendremos la oportunidad de escuchar de viva voz a personas que integran las pocas sociedades matrifocales que quedan en el planeta, junto a estudiosxs de la materia, académicxs y activistas. Concretamente, participarán:

- Dos mujeres Mosuo (China)
- Dos mujeres Khoesan (Sudáfrica)
- Heide Göttner Abendrot, prof. de filosofía, Alemania.
- Peggy Reeves Sanday, antropóloga, USA
- Genevieve Vaughan, Luciana Percovich, Mario Bolognese, Francesca Freeman, Iole Natoli, Diarmuid O'Murchú (Irlanda), Russell Means, nativo americano Lakota, etc...

Se trata de dar continuidad a las conferencias sobre matriarcados que se han venido realizando los últimos años por iniciativa de HAGIA. Consistirá en ponencias, seminarios, momentos de fiesta y celebración ritual.

¡En Revolución Matriarcal deseamos que la conferencia tenga mucho éxito!

16 de enero de 2012

Nacen más niñas como mecanismo natural contra las crisis.

Artículo original escrito por César-Javier Palacios para 20 Minutos.

Nacen más niñas como mecanismo natural contra la crisis.


Un reciente estudio publicado en la revista Science confirma que el miedo reduce el número de crías en los gorriones. Incluso aunque no haya depredadores cerca, si estos pájaros perciben el riesgo de que pueden ser cazados disminuye el tamaño de su descendencia hasta en un 40% . Es el coste del miedo, un intenso sentimiento generalizado en todos los animales como prudente comportamiento de supervivencia.

Nosotros también lo tenemos, y es en épocas de incertidumbre, como la terrible crisis económica que nos está tocando vivir a los españoles, donde la generalización de esta emoción se manifiesta de forma más sorprendente. Sin darnos cuenta, nuestra naturaleza animal ha puesto en marcha sus mecanismos de defensa. Hemos pasado a tener menos hijos por pareja y a que nazcan más niñas que niños.


La razón es puramente biológica. Como explica el profesor de genética humana Bryan Sykes en su famoso libro ‘La maldición de Adán’, la producción de machos en los mamíferos es muy cara, pues la competencia entre ellos consume mucha energía y es más fácil asegurar la pervivencia de nuestra carga genética con las hembras. En los humanos, la mayor vulnerabilidad y agresividad de los machos explica que en condiciones normales nazcan como media en el mundo 103,5 chicos por cada 100 chicas.

Sin embargo, como resalta el biólogo y neurocientífico Gerald Hüther, en épocas de gran estrés ambiental, como las guerras o las grandes crisis, donde las mujeres no se sienten bien, nacen menos niños que niñas, pues ante un futuro incierto los embriones masculinos mueren en los primeros dos meses de gestación.

Además, y según han demostrado varios estudios científicos, cuanta menos testosterona tienen los hombres menos hijos machos se engendran. Y estas épocas de vacas flacas le bajan las hormonas al más entusiasta ¿no os parece?

Yo tengo además otra teoría. Este desastroso mundo masculino sólo lo podrán salvar las mujeres. Y la naturaleza es sabia. Muy sabia.

César-Javier Palacios es geógrafo, naturalista, escritor, periodista y miembro de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente.