12 de julio de 2012

Investigación moderna sobre el matriarcado

Mis agradecimientos a la filósofa alemana Heide Goettner-Abendroth por facilitarme tan valioso material.
Fuente en pdf: Matriarchiv. (Las negritas son mías)




Heide Göttner-Abendroth

Investigación moderna del matriarcado.

Sus resultados y su importancia actual.

Traducción: Susanne Schmidt


Introducción

Después de haber obtenido el doctorado en la Universidad de Munich con el tema “La lógica de la interpretación”, di allí clases de filosofía y teoría de la ciencia desde 1973 hasta 1983. Después abandoné la institución “universidad” para dedicarme a una tarea más importante y socialmente más relevante. Desde 1976 fundé, junto con mis colegas y compañeras de lucha, la investigación feminista en Alemania Occidental, y aquí por primera vez presenté mi teoría de la sociedad matriarcal.

Siendo una joven estudiante de 25 años, había dado los primeros pasos en dirección a esa teoría, inscribiéndome en diversas asignaturas para cursar estudios interdisciplinarios relacionados con ella (historia cultural, arqueología, etnología, ciencias de las religiones, mitología, etc.). Además, a partir de entonces viajé permanentemente para visitar sus yacimientos arqueológicos, europeos y de los demás continentes. Éstos eran mis estudios extraoficiales al margen de los estudios oficiales de filosofía analítica, teoría de la ciencia y lógica formal.

Desde 1976 presenté el tema del matriarcado en público, y en 1980 publiqué mi primer libro sobre el asunto. Desde 1983 me dedico exclusivamente a esta investigación, que hasta el momento no ha sido reconocida por la institución universitaria. Pero la opinión pública la recibió muy interesada: mi primer libro marca el principio de la discusión sobre el tema del matriarcado en el nuevo movimiento feminista y en la vida pública en general en los países de habla alemana.


Soy consciente de que la investigación del matriarcado tiene ya una larga tradición en los países de habla alemana. Empezó hace más de cien años con la famosa obra Das Mutterrecht (El derecho matrilineal) de Johann Jakob Bachofen, que se publicó en 1861. Durante más de un siglo prosiguió la discusión sobre el “derecho matrilineal” y el “matriarcado”, concepto que fue utilizado por las escuelas filosóficas y las corrientes políticas desde los más diversos puntos de vista. Pero también se abusó de él.

Lo que más me asombró tanto en la obra de Bachofen como en las diferentes recepciones de ella, era (además de una buena colección de material) la falta de una definición clara y de una fundamentación científica del campo de investigación. Eso cargó desde el principio esta discusión de elementos emocionales e ideológicos. Los clichés corrientes sobre el “ser de la mujer” siempre han jugado un papel importante, lo que demuestra que no se produjo ninguna autorreflexión crítica del patriarcado a la hora de tratar este tema. 

La razón es simple: si se hubieran tomado en serio los hallazgos de Bachofen y todo lo que después ha llegado a descubrirse, eso habría significado el derrumbamiento de la ideología patriarcal y de la visión del mundo patriarcal. Pues la investigación del matriarcado significa el principio de un paradigma nuevo en el entendimiento de la historia de la humanidad, lo que tiene una influencia profunda sobre nuestra comprensión del mundo. ¡Por eso es demasiado peligroso presentar esta investigación adecuadamente y apreciarla!

Después de haberme dado cuenta de esta realidad, decidí darle a la investigación del matriarcado (sobre la base de mi herramienta filosófica) una fundamentación científico-teórica y una metodología moderna. Pues considero que esta nueva ciencia es demasiado importante para desatenderla en este sentido. Además trabajando yo misma como investigadora del matriarcado tuve que crearme una base sólida para mi teoría amplia acerca de esta forma social en la historia y en la actualidad. En este sentido he llegado a ser, con el transcurso del tiempo, la fundadora de la investigación moderna del matriarcado.

La tarea de crear una fundamentación científico-teórica para una ciencia nueva significa en primer lugar dar una definición del campo de investigación, que tiene que ser clara y amplia, a la vez para poder integrar una inmensa cantidad de material sin contradicciones. Además, con ayuda de esta definición, hay que desarrollar un marco teórico que sea capaz de proporcionar explicaciones confirmadas empíricamente para todos los fenómenos de este campo de investigación.

Con ayuda de esta teoría, la gran cantidad de buenas investigaciones individuales que ya se han llevado a cabo alcanzarán profundidad, significación y contexto, sirviendo de guía al investigador. Crear en este sentido una teoría no significa formular un sistema cerrado (eso es una actitud filosófica anticuada y superada) sino crear una estructura abierta que sirva para aclarar y orientar la concreta investigación individual, la mía incluida. En este sentido, un paradigma nuevo se está desarrollando permanentemente.

Cuando me di cuenta de esta necesidad, desarrollé dentro de los primeros diez años una metodología para la investigación moderna del matriarcado que, por principio, es interdisciplinaria. Es decir, que une sistemáticamente, no casualmente, las ciencias relevantes para esta investigación y las trasciende.

Ésta fue la primera parte de la tarea. La segunda era desarrollar un buen método de crítica ideológica que fuera capaz de descubrir los prejuicios de la ideología patriarcal, por una parte visibles, por otra ocultos, que siempre se introducen en este campo de investigación. Esto es importante por lo que respecta al análisis crítico de la investigación precedente sobre el matriarcado; y sobretodo, para no reproducir nuevos prejuicios semejantes.

Así desarrollé, paso a paso, la teoría de la sociedad matriarcal, de la que voy a dar aquí brevemente una idea general. Es decir, presento la definición estructural de la forma social matriarcal que es el núcleo de esta teoría. No es ningún prejuicio ni un axioma supuesto, sino el resultado de treinta años de investigación intensiva en este campo que he encontrado a través de un proceso largo de prueba y error (comprobación empírica).


¿Por qué el concepto de “matriarcado”?

Empiezo con unas advertencias sobre por qué utilizo el concepto de “matriarcado”, a pesar de la difícil connotación del concepto. Al entenderse como paralelo al concepto de “patriarcado”, da lugar a la impresión generalizada pero errónea de remitir a cierto “poder de mujeres”. Pero considero necesario mantenerlo por muchas razones:

1. El concepto de “matriarcado” es, en general, bien conocido, pues desde 1861 (Bachofen) existe una viva discusión sobre él. Y desde entonces ha tenido una larga tradición y se ha convertido en un concepto que se utiliza en el lenguaje común.

2. La re-definición filosófica y científica de conceptos se refiere normalmente a conceptos conocidos del lenguaje común y los define de nuevo. Después los científicos pueden trabajar con ellos, y en este procedimiento, estos conceptos logran un significado nuevo, más claro y más amplio que en el lenguaje común. Luego, en muchos casos el lenguaje común es influido por estos conceptos re-definidos, lo que en el caso del concepto “matriarcado”, que frecuentemente se utiliza de una manera poco precisa, sería beneficioso.

3. Según mi opinión no siempre es útil inventar conceptos sustitutivos como “matrifocal”, “matricéntrico”, “matrístico”, “gynaicostático”, “gylánico”, etc. Son artificiales y no tienen ninguna relación con el lenguaje común. Algunos de ellos como “matricéntrico” y “matrístico” son demasiado limitados, pues insinúan que en sociedades no-patriarcales todo gira alrededor de las madres, quizás en una especie de culto hacia ellas. Pero el culto a las madres es una invención del patriarcado y no tiene nada que ver con el matriarcado. Una visión tan reducida de estas sociedades desprecia la diversidad de las relaciones en su complejo sistema social.

4. Además, la traducción corriente y parcial del concepto como “poder de las madres” no es correcta. Pues la palabra griega arché tiene dos significados: significa al mismo tiempo “principio” y “poder”. Así que podemos traducir “matriarcado” correctamente como “al principio las madres”, lo que va al grano. En cambio, “patriarcado” se traduce correctamente como el “poder de los padres”.

5. Además es un asunto político utilizar el concepto de “matriarcado” en su significado re-definido y aclarado. Con él no se huye de la discusión necesaria con colegas y con el público interesado, lo que puede pasar con facilidad utilizando otros conceptos que tienen una tendencia de esconder y de minimizar. Por eso, las/los investigadoras/es no deberían tener miedo a la connotación provocativa del concepto “matriarcado”, sobre todo porque las investigaciones acerca de este tema son tan importantes y porque una provocación política continua puede conllevar una alteración de la conciencia.




El alcance de la investigación moderna del matriarcado

Basándome en mi obra principal Das Matriarchat [El matriarcado], que se publica sucesivamente en varios tomos, quiero presentar brevemente mi teoría de la sociedad matriarcal, que al mismo tiempo muestra el alcance de la investigación moderna del matriarcado. La importante investigación sobre el asunto que ya existe ha sido integrada en este marco y sigue siendo integrada.

En un primer paso del desarrollo de esta teoría he presentado un resumen de la investigación del matriarcado que se ha hecho hasta ahora. En él sigo el transcurso de la historia de su estudio mediante ejemplos modelo que provienen de la discusión científica y política. Con esto queda patente la falta de una definición clara y completa de “matriarcado”. Además, en este libro concreto el método de la crítica ideológica, que es necesario en este trabajo, pues la mayoría de las obras anteriores y contemporáneas acerca de este tema contienen enormes dosis de ideología patriarcal (véase Das Matriarchat I. Geschichte seiner Erforschung [El matriarcado I. La historia de su investigación], Kohlhammer 1995, 3ª edición).

Por eso, en un segundo paso del desarrollo de esta teoría formulo la definición estructural completa y urgentemente necesaria, que indica las características imprescindibles y suficientes para esta forma social. No se deduce de una manera abstracta, sino poco a poco, a partir de la penetración en el inmenso material etnológico.

Aquí se ve el carácter sistemático de mis investigaciones etnológicas, pues una definición completa de “matriarcado” no se puede deducir de la historia cultural. Sólo nos quedan restos y fragmentos de las sociedades históricas, que no dan ninguna imagen completa. No hay duda que pueden ser muchos los fragmentos y que pueden ser muy importantes, no obstante sólo nos pueden dar informaciones dispersas. No podemos saber cómo han pensado o sentido los hombres matriarcales, cómo han organizado sus modelos sociales y sus asuntos políticos, es decir: qué aspecto tenía su sociedad en su totalidad, solamente a través de la investigación histórica. Para conseguir estos conocimientos y así la definición completa de “matriarcado”, tenemos que investigar los ejemplos todavía existentes de estas sociedades, que por suerte se encuentran en todos los continentes, excepto en Europa.

Como segundo componente para la construcción de mi teoría presento todas las sociedades matriarcales que aun existen en el mundo. (véase Das Matriarchat II,1. Stammesgesellschaften in Ostasien, Indonesien, Ozeanien [El matriarcado II,1. Sociedades tribales en Asia Oriental, Indonesia, Oceanía], Kohlhammer 1999, 2ª edición, y Das Matriarchat II,2. Stammesgesellschaften in Amerika, Indien, Afrika [El matriarcado II,2. Sociedades tribales en América, la India y África], Kohlhammer 2000).

En un tercer paso del desarrollo de esa teoría utilizaré la definición completa de “matriarcado” como instrumento científico para emprender una revisión de la historia cultural de la humanidad. Ésta es mucho más larga que los cuatro o cinco milenios de historia patriarcal. Sus periodos más largos abarcan la génesis y el desarrollo de las sociedades no patriarcales, en las que las mujeres representaban la fuerza creadora de cultura y el centro integrante de la sociedad. Las sociedades matriarcales aún existentes son sus últimos ejemplos.

En este campo por suerte ya están a nuestro alcance unas investigaciones excelentes que se han desarrollado últimamente. Pero todavía falta su unión sistemática, es decir, la imagen completa de la larga historia del matriarcado (Proyecto Das Matriarchat III. Historische Stadtkulturen [El matriarcado III. Culturas urbanas históricas], en fase de elaboración).

Es obvio que una tarea tan inmensa es imposible sin la definición completa de “matriarcado”. Después de haberla conseguido mediante la parte etnológica de mi teoría, se hace posible escribir la historia universal de la humanidad de una manera adecuada y no deformada por prejuicios patriarcales. Hoy día urge esta nueva interpretación de la historia, pues la interpretación patriarcal resulta cada vez más falsa y superada.

En un cuarto paso del desarrollo de esta teoría se aborda el problema de la génesis del patriarcado. Quiero dar una respuesta a dos preguntas importantes: 1º ¿Cómo fue posible el desarrollo inicial de modelos patriarcales? 2º ¿Cómo se pudieron extender por todo el mundo? Esto último, por supuesto, no se entiende por sí mismo.

En mi opinión, estas dos preguntas todavía no se han contestado satisfactoriamente; en lugar de eso se han propuesto muchas pseudo-explicaciones. Si queremos explicar la génesis del patriarcado, necesitamos en primer lugar conocimientos claros sobre la forma social anterior, que es el matriarcado. Estos conocimientos son todavía incipientes, pero son la condición previa para poder explicar la génesis del patriarcado, de lo contrario empezamos con falsas hipótesis.

En segundo lugar, una teoría de la génesis del patriarcado tiene que explicar por qué los modelos patriarcales han surgido en distintos lugares, en distintos continentes, en distintos tiempos, bajo distintas condiciones. La respuesta será muy distinta según las distintas regiones del mundo, y esta tarea no se ha resuelto de ninguna manera hasta ahora (Proyecto Das Matriarchat IV. Entstehung des Patriarchats [El matriarcado IV. La génesis del patriarcado], en fase de elaboración).

El quinto paso del desarrollo de esta teoría trata del análisis y de la historia del patriarcado. La historia patriarcal, hasta ahora, sólo se ha escrito como historia del y desde el poder, como “historia desde arriba”. Pero existe también la perspectiva de la “historia desde abajo”, que muestra una imagen muy distinta. Es la historia de las mujeres, de las clases inferiores, de las culturas marginadas. Se ve claramente, en todos los continentes, que el patriarcado no consiguió destruir por completo las largas y antiguas tradiciones matriarcales, de las que, en último término, vive de una manera parasitaria.


La tarea consiste en demostrar que estas tradiciones antiguas (tradiciones orales, costumbres, mitos, ritos, folclore, etc.) tienen sus raíces en la cultura predecesora, en el matriarcado. Pero sólo podemos descubrirlo con ayuda de la definición completa de “matriarcado”. Sin embargo, si conseguimos seguir estos hilos hacia el pasado atravesando la historia del patriarcado y unirlos, esto significa nada menos que reconquistar nuestras herencias (Proyecto Das Matriarchat V. Matriarchale Traditionen in patriarchalen Gesellschaften [El matriarcado V. Las tradiciones matriarcales en las sociedades patriarcales], en fase de elaboración).


Los resultados de la investigación moderna del matriarcado:

Definición de los elementos de la sociedad matriarcal:

El desarrollo de la definición de la sociedad matriarcal puede seguirse en los dos tomos de orientación etnológica (Das Matriarchat [El matriarcado] II,1 y II,2). Mediante las sociedades matriarcales aún existentes que en ellos se presentan, la formulación de esta definición es comprensible para todos.

Quiero resumir aquí sus rasgos principales, que dan, en palabras clave, una imagen de la forma social matriarcal. Defino “matriarcado” en los niveles de los modelos económicos, sociales, políticos, religiosos y culturales.

En el nivel económico, los matriarcados son sociedades agrícolas. Las tecnologías de la agricultura abarcan desde la horticultura primitiva (inicio en el Paleolítico Medio, alrededor de 60.000 años a. C.) pasando por la agricultura plenamente desarrollada con el arado (que empieza con el Neolítico, 10.000 a. C.) hasta los complicados sistemas de las tempranas culturas urbanas, en todo el mundo. La génesis del matriarcado está directamente relacionada con la invención de estas nuevas tecnologías.

Se practica la economía de subsistencia con autarquía local o regional. La tierra y las casas son propiedad del clan en el sentido del derecho de usufructo; la propiedad privada y las reivindicaciones territoriales son desconocidas. Las mujeres tienen el control sobre los bienes más esenciales de la vida: los campos, las casas, los víveres, siendo la madre de estirpe la administradora del tesoro del clan.

Los bienes se encuentran en un intercambio activo que sigue las líneas de parentesco y las reglas de casamiento. Este sistema de intercambio evita que los bienes puedan ser acumulados por un clan o por una persona. El ideal es el reparto y no la acumulación. Ventajas y desventajas en la adquisición de bienes se compensan mediante las reglas sociales, por ejemplo los clanes ricos son obligados a invitar a la aldea entera en las numerosas fiestas comunes lo que reduce drásticamente la riqueza de un clan. Se les recompensa con “honor”, es decir prestigio social.

En el nivel económico, los matriarcados se caracterizan por una reciprocidad perfecta, por eso son sociedades de equilibrio.


En el nivel social, los matriarcados se basan en el clan. Los hombres matriarcales conviven en estirpes grandes que están organizadas según el principio de la matrilinealidad, el parentesco por línea maternal. El nombre del clan, todas las categorías sociales y los títulos políticos se heredan por línea maternal. Un matri-clan así consiste en tres generaciones de mujeres: la madre del clan y sus hermanas, sus hijas y sus nietas; y además los hombres directamente emparentados: los hermanos de la madre del clan, los hijos y nietos de la madre del clan y de sus hermanas.

Un matri-clan convive en la gran casa del clan, que puede comprender de 10 a 100 personas, según tamaño y estilo arquitectónico. Las mujeres viven permanentemente en ella, pues las hijas y las nietas no abandonan nunca la casa del clan maternal cuando se casan. Esto se llama matrilocalidad.

El clan es una unidad económica autárquica (autosuficiente). Para lograr que estos grupos autárquicos formen una estructura social con otros clanes de la aldea o de la ciudad, se desarrollaron complejas reglas de casamiento, por ejemplo la de casamiento recíproco entre cada dos clanes. A ello también obedecen las reglas de libre elección con otros clanes, con el efecto deseado que todos los miembros de la aldea o de la ciudad están emparentados, los unos con los otros, más o menos de forma próxima. Este parentesco forma un sistema de ayuda mutua con reglas firmes. De este modo se genera una sociedad igualitaria, organizada de una manera no jerárquica, que se entiende como un clan ampliado, con todas las obligaciones de la ayuda mutua.

Los matriarcados son en el nivel social sociedades de parentesco. Acerca del papel que juega en ellos el hombre, se puede decir que los hombres jóvenes que abandonan la casa materna después de haberse casado no van muy lejos. Se desplazan hacia la casa del clan vecino que se encuentra con su casa de clan en relación de casamiento; allí viven sus esposas. Y no se quedan mucho tiempo fuera de su casa, sólo desde el atardecer hasta el alba. Esta forma de matrimonio se llama matrimonio andante, que es una forma muy abierta y limitada a la noche. Es decir, los hombres matriarcales no conviven con sus esposas o amantes; en la casa de clan de éstas sólo son invitados. Su hogar es la casa de clan materna, en la cual tienen las obligaciones y derechos de un miembro de clan, pues allí viven y trabajan.

Los hijos de las esposas y amantes pertenecen a la casa de clan de éstas, pues llevan el nombre de clan de su madre. Los hombres no consideran a estos niños nunca como “sus hijos”, ya que no llevan el mismo nombre de clan que ellos. Sin embargo, los hijos de sus hermanas llevan su mismo nombre de clan, por eso, los hombres consideran a sus sobrinas y sobrinos como “sus hijos”, se responsabilizan de ellos y les procuran cuidados. La paternidad biológica, tal como la conocemos, les es desconocida o no juega ningún papel como factor social. Los hombres, no obstante, ejercen una especie de paternidad social en relación con los hijos de sus hermanas.

En el nivel político, los procesos de toma de decisiones están organizados también según las líneas de parentesco. Las diferentes casas del clan participan en la toma de decisiones. Los asuntos que interesan al clan son decididos por las mujeres y los hombres de forma consensuada. Ningún miembro de la casa puede ser excluido de la toma de decisiones, lxs niñxs son miembros del clan con plenos derechos de voz y voto a partir de los 13 años. Las decisiones se toman únicamente por consenso, es decir unánimemente. Lo mismo pasa con las decisiones que interesan a toda la aldea: Después de haberse reunido el consejo del clan, los delegados de las diferentes casas de clan se reúnen en el consejo de la aldea, en algunas sociedades las mismas madres de clan, en otras los hermanos elegidos de la madre que representan su clan en el exterior. Los representantes que van al consejo del clan no pueden tomar las decisiones por sí solos, sino que son delegados que únicamente intercambian las ideas de los diferentes clanes. Actúan como mensajeros entre el consejo de aldea y el consejo de su casa de clan hasta que todas las casas del clan han encontrado, en el nivel de la aldea, un consenso.

Lo mismo pasa a nivel regional: las decisiones de las aldeas y ciudades en el nivel regional se coordinan a través de delegados, en su mayoría hombres, que llevan la información. También aquí los delegados van y vienen entre los consejos de aldea y de región hasta que la región haya logrado una decisión consensuada entre todas las casas de clan de todas las aldeas.

En una sociedad así no se pueden formar jerarquías ni clases, tampoco una graduación de poder ni entre los sexos ni entre las generaciones. Las minorías no son marginadas a través de las decisiones de las mayorías, pues las decisiones políticas se toman en un sistema de “democracia de base”. Por eso, en el nivel político los matriarcados son sociedades igualitarias de consenso.

En el nivel ideológico-religioso, estas sociedades no se pueden caracterizar con los conceptos de “religión natural” o “culto de fecundidad”; estos conceptos no sólo son peyorativos sino también falsos. Pues con ellos no queda claro que se trata de sistemas religiosos complejos.

Una idea fundamental de la vida y del cosmos es su creencia en la reencarnación, que es entendida de una manera muy concreta: Cada miembro de un clan está convencido que se reencarnará después de su muerte porque una de las mujeres jóvenes del clan le dará a luz otra vez. En este sentido los niños son considerados como los antepasados o antepasadas reencarnados de la estirpe y son sagrados. Las mujeres no sólo son veneradas porque son las creadoras de la vida y las alimentadoras, sino también porque son las re-parturientas, y de esa manera pueden transformar la muerte en vida. La vida y la muerte se consideran como procesos cíclicos que se alternan permanentemente.

También se tiene esta visión de la naturaleza, donde todo lo vivo crece, madura y muere y vuelve a aparecer después de un ciclo cumplido. La tierra, que es la Gran Madre, garantiza la reencarnación y el alimento de todo lo que vive. Ella es la una diosa primitiva; la diosa cósmica, creadora del universo, será la otra. Igualmente, los hombres observaban el proceso cíclico de nacer, morir y volver mediante las fases de la luna y de la salida y la puesta de los astros, siguiendo a cada puesta una nueva salida. En este sentido, el macrocosmos es semejante al microcosmos formado por la tierra, la sociedad y el hombre, que tienen los mismos ciclos y reflejan el macrocosmos. En este sentido todo está integrado, lo uno en lo otro: los hombres en la sociedad, ésta en la naturaleza de la tierra y ésta a su vez en el cosmos. No conocen el pensamiento dualista, donde se contraponen el “hombre” a la “naturaleza”, el “espíritu” a la “naturaleza” o la “sociedad” a la “naturaleza” y que sirve para el menosprecio y la explotación de la naturaleza como mera fuente de recursos.



La naturaleza es sagrada, pues el mundo es divino. El concepto matriarcal de divinidad es inmanente, no trascendente. Todo posee divinidad, el ser más pequeño y la estrella más grande, cada mujer y cada hombre. En sus fiestas, que siguen el ciclo de las estaciones, todo se celebra: la naturaleza, los clanes, los sexos, las generaciones. En la vida diaria tampoco existe ninguna separación entre lo profano y lo sacro, y por eso, cada actividad diaria como sembrar, cosechar, cocinar, tejer es a la vez un ritual significativo.

En el nivel religioso, los matriarcados son, por eso, sociedades sacras y culturas de diosa.


La importancia actual de la investigación moderna del matriarcado

La actualidad de la investigación moderna del matriarcado va en varias direcciones:

Por un lado, podemos percibir la estructura y el funcionamiento de los modelos patriarcales sólo parcialmente mientras estemos atrapados en esta forma social. Y quedamos atrapados en ella, consciente e inconscientemente, si no conocemos ninguna alternativa al patriarcado o no la queremos aceptar. De esta manera, el conocimiento de la forma social matriarcal origina una gran alteración de conciencia porque nos permite comprender los modelos patriarcales, sobre todo los que hemos interiorizado. Esto es la condición previa para poder superar el patriarcado tanto en lo espiritual como en la práctica.

Si además en la actualidad cada vez más personas, sobre todo mujeres, quieren salir de los modelos opresivos y destructivos del patriarcado (cuyo alcance destructor se hace cada vez más visible), esto no será posible sin el conocimiento de otra forma social. Nos la podemos inventar como una utopía abstracta, sólo que tales utopías nunca han funcionado en la historia humana. La forma social matriarcal, no obstante, no es ninguna utopía, sino una experiencia práctica, vivida durante las épocas más largas del desarrollo de la cultura humana. Existen en ella reglas muy concretas y muy detalladas de cómo la convivencia humana puede ser organizada de una manera orientada a las necesidades, más pacífica y menos violenta, es decir más humana. Sólo esto merece la investigación de la sociedad matriarcal, cuyos modelos se caracterizan por una gran inteligencia social.

El conocimiento de la forma social matriarcal y la asimilación de sus valores y reglas nos podría ayudar a solucionar problemas como: el aislamiento del individuo, la guerra entre los sexos con la violencia que la acompaña, violencia contra mujeres y niños, la lucha entre generaciones, el abandono de niños y jóvenes, la miseria de los ancianos, los innumerables crímenes causados por la pobreza, la destrucción de la naturaleza y la cultura en todo el mundo por el desequilibrio en el reparto de la riqueza y el poder incontrolable en manos de cada vez menos hombres y, por fin, como consecuencia de todo eso, las interminables guerras de lucha por recursos que luego se malgastan sin sentido.

La investigación del matriarcado puede aportar soluciones esenciales para los problemas acumulados por el patriarcado tardío.

Cada paso dado y que se dé en dirección a la solución de estos problemas es de gran importancia, se dé individualmente o de forma colectiva, a través de instituciones o del estado. Estos múltiples pasos, sin embargo, se quedan atrapados a medio camino, de manera reformista o quizás entrando en contradicción entre sí, si no tenemos una visión más allá del patriarcado. La investigación del matriarcado nos puede proporcionar esta visión, como idea que nos guía, que nos hace dar los distintos pasos concretos en la dirección correcta y nos permite coordinarlos mejor. Entonces cada paso concreto gana importancia y no tendremos el peligro de caer en el modo de pensar patriarcal.


Referencias

Bachofen, Johann, Jakob (1861) Das Mutterrecht, [Myth, Religion and Mother Right] Stuttgart.

Morgan, Henri Lewis (1901 [1851]) League of the Ho-de-no-sau-nee or Iroquois, H.M.Lloyd.

Goettner-Abendroth, Heide (1995 [1980]). The Goddess and her Heros, Anthony Publishing Company, Stow, MA .

Goettner-Abendroth. Heide (1988) Das Matriarchat I. Geschichte seiner Erforschung, Kohlhammer, Stuttgart.

______(1991) Das Matriarchat II, 1. Stammesgesellschaften in Ostasien, Indonesien, Ozeanien, Kohlhammer, Stuttgart.

______(2000) Das Matriarchat II, 2. Stammesgesellschaften in Amerika, Indien, Afrika Kohlhammer, Stuttgart.

______(2008) Der Weg zu einer egalitären Gesellschaft. Prinzipien und Praxis der Matriarchatspolitik,
Drachen, Klein Jasedow.